No sé dónde aprendiste a bailar bajo la tormenta pero lo haces y prefiero tus diluvios a esta mierd

No sé dónde aprendiste a bailar bajo la tormenta pero lo haces y prefiero tus diluvios a esta mierd

martes, 24 de diciembre de 2013

-Hola
-Hola
-¿Eres un soñador?
-Sí.
-No he visto por aquí a muchos de vosotros últimamente, las cosas se han puesto difíciles para los soñadores últimamente, dicen que soñar ha muerto, nadie lo hace ya nunca. No está muerto, simplemente se ha olvidado, eliminado de nuestro lenguaje. Nadie lo enseña, por lo que nadie sabe que existe. El soñador ha desaparecido en la oscuridad. Estoy intentando cambiar todo eso, y espero que tú también; soñando todos los días. 
…Soñando con nuestras manos y soñando con nuestras mentes, nuestro planeta se enfrenta a mayores problemas de los que nunca se ha enfrentado. Por lo que, hagas lo que hagas, no te aburras, este es el más excitante momento para estar vivos, y sólo está empezando.
 

Lo que posees acabará poseyéndote.


La vida no se gobierna ni con la voluntad ni con la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras, y de células lentamente elaboradas en las que el pensamiento se esconde y la pasión tiene sus sueños. Quizá te imaginas que estás a salvo y crees que eres fuerte. Pero un cambio casual de color en una habitación o en el color del cielo matutino, un determinado perfume que te gustó en una ocasión y que te trae recuerdos sutiles, un verso de un poema olvidado con el que te tropiezas de nuevo, una cadencia de una composición musical que has dejado de tocar... Te aseguro que la vida depende de cosas como ésas.

Sal con una chica que lee.

No hay nada peor que una chica que lee, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. La chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.
La chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.

Los dardos de Cupido llevan la incompatibilidad en sus puntas, y su plumaje es el de las más increíbles incongruencias.

Amar es como una droga. Al principio hay una sensación de euforia, de entrega total. Después, al día siguiente quieres más. Todavía no te has enviciado, pero te ha gustado la sensación, y te parece que puedes mantenerla bajo control. Piensas en la persona amada durante dos minutos y la olvidas durante tres horas.


Pero al poco tiempo te acostumbras a esa persona, y pasas a depender totalmente de ella. Entonces piensas en ella durante tres horas y la olvidas durante dos minutos. Si no está cerca, experimentas las mismas sensaciones que los viciosos cuando no consiguen droga. En ese momento, así como los viciosos roban y se humillan para conseguir lo que necesitan, tú estás dispuesto a hacer cualquier cosa por el amor.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Me quedo más tranquila.

Llegó a saturarme la idea de haber visto morir al amor tantas veces. Lo bonito del principio, la intensidad casi absurda de cada minuto cuando nada tiene cimientos y cualquiera de los dos podría huir al siguiente momento. Me llenaron o, mejor dicho, me dejé llenar los oídos de te quieros, cambié de compañía a cada cambio de sábanas, zapatos rojos para besos de sábado con el único resultado de lágrimas negras. Cuántas veces empecé de cero, cuántos nombres taché de la lista, borrón tras borrón, las pocas iniciales que recuerdo... Nunca he estado sola, entre historias nunca han pasado las semanas necesarias para reconstruir lo deshecho y así ha ido todo. Rezaba por sentir aunque fuera angustia, pero sentirme viva. Notar que me hervía la sangre, que no solo respiraba, que viviría cosas que mereciera la pena escribir como cartas al yo futuro. y escribí. Compulsivamente. Cada detalle, cada palabra barata que me calaba hasta los huesos, cada frase después de un polvo. Podría hacer una colección, escribir un libro, una enciclopedia de cínicos. No puedo culpar a nadie, la primera equivocada soy yo. Yo, que siempre me he guiado por los impulsos. Ellos, que llegaron a llamarme fría ignorantes de que el hielo también quema. Mañanas de persianas bajadas tras noches de fiesta que se eternizaban, que se nos iban de las manos. Coches, camas, bares, encimeras, pisos...
Y empiezo a creer que no, que no he visto morir al amor tantas veces. Porque quizá no lo vi nacer, me obligué a creer, me forcé a sentir. No siempre.
Y ahora está él, al mismo nivel de batallas que esta cabeza rubia. Él, sus ojos  azules y sonrisa de loco, lector de propaganda, paciente en mi portal, cantante entre luces y humo de colores, músico sin instrumentos, buscador de tesoros, explorador de mis recovecos, actor porno, vividor de lo surrealista, máquina expendedora de carcajadas las 24 horas, bufanda y cinturón si me rodean sus brazos, domador de leona, freno de mis tacones cuando llevo más alcohol que sangre en las venas, campeón de billares, ajedrez, abrazos y provocaciones. Susurrador experto y, por encima de todo, mi vista favorita de la ciudad.

viernes, 11 de octubre de 2013

La vida sigue sea contigo o sin ti.

Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acabará con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin  de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Cuando creas que no hay nada piensa quedará el recuerdo.


Cuándo más enamorado estás menos lógica tiene todo.

Los poetas a menudo describen el amor como una emoción imposible de controlar, una emoción que supera la lógica y el sentido común. Y así es como yo lo sentí. No planeé enamorarme de ti, y no creo que tú lo tuvieras previsto, porque desde que nos conocimos fue evidente que ninguno de los dos podía controlar lo que nos estaba pasando. Nos enamoramos, a pesar de nuestras diferencias, y de nuestra relación surgió algo genuino y hermoso. Únicamente he experimentado esa clase de amor una vez en la vida, y por eso cada minuto que pasé contigo se ha quedado grabado para siempre en mi memoria, Nunca olvidaré ni uno solo de esos momentos,

martes, 20 de agosto de 2013

Devuelve cada golpe que la vida te dio, sin importarte el precio.

Sigo pensando que los amores no correspondidos son la droga natural más potente de este mundo. Tanto de los que los sienten como de los que no los corresponden... Todos siempre acaban sufriendo, pero vuelven a caer en sus redes... Hay una épica difícil de explicar: se sufre, se intenta, se sufre, se prueba...¿Qué te lleva a desear a alguien con tanto ahínco cuando sabes que no te quiere? y si lo has sentido, si te has sentido deseado y has rechazado a otra persona, ¿por qué entonces deseas a alguien que sabes que no te corresponderá? No lo sé... Pero sigo pensando que en cierto modo, son nuestras adicciones las que nos mantienen vivos, las que hacen que seamos y que dejemos de ser. Si no tuviéramos algo por lo que ser o contra lo que luchar, la vida no tendría sentido.

Las mañanas son fáciles, las tardes, duras, las noches, imposibles.

Ella me decía que jamás en la vida te tienes que preguntar el porqué de las cosas, pues no existe... Creía que los porqués sólo conducen a la tristeza, a la depresión y te hacen caer en el pozo.Ella jamás se metía con nadie, no intentaba comprenderlo todo. Nunca le escuché un reproche contra nadie.

Lo que más quise en el mundo fue lo que más daño me hizo.




Cuando crees que conoces todas las respuestas, llega el Universo y te cambia todas las preguntas. Da rabia ¿no? Creer tenerlo todo y en un simple instante que se te vaya de las manos. Lo peor de los finales es cuando son anunciados y cuando por mucho que intentes jurarte que no va a suceder, al final, como una bomba de relojería, todas tus esperanzas se desvanecen. Ese momento es el peor: quieres gritar, gritar muy fuerte y huir como si lo que está pasando no fuera contigo. El mundo se te viene encima y, aunque aterrizar pueda parecer fácil, cuando has estado mucho tiempo engañada se hace eterno. Es esa indecisión la que no te permite avanzar, las cosas dejan de tener claridad y el mundo se desintegra,. Poco a poco vas viendo cómo desaparecen los latidos y crees ver que al final de tu desesperación se encuentra la persona amada, pero no, solo es una pequeña alucinación. La primavera tierna que se convertía en verano se transforma de la nada en un eterno invierno y la felicidad anteriormente hallada se convierte en recuerdos de un ayer que no permiten que avances en tu hoy. Los finales son terribles porque, aunque sabes que llegarán, siempre te queda esa pequeña duda hacia lo que podría haber sucedido si las cosas no hubieran sido así.  Te culpas por errores insignificantes y ahogas el terminar de tus latidos, para finalmente darte cuenta de que quien más ama es siempre quien más sufre. 

Nunca dije nunca por si acaso, soy todo lo que veis, mucho andar y pocos pasos.

Te propongo un trato: quédate conmigo. Yo te entenderé en tus días grises y tú me abrazarás en los de lluvia. Te propongo ser tus brazos y tus hombros. Cuatro brazos protegen más que dos y cuatro hombros cortan mejor las lágrimas que dos. Te propongo que volemos juntos. Tus besos y mimos por mis abrazos y sonrisas. Te propongo que estemos juntos. Por muy grande que sea el peso del pasado siempre queda el futuro. Te propongo que dejemos las cosas claras. Una vida entera : sonrisas, abrazos, besos, buenos días y mejores noches. 'Adiós' lágrimas, 'hola' felicidad. Dicen que para lograr sueños es mejor hacerlo acompañado , yo te propongo ser todo lo que deseemos, eso sí, juntos.

viernes, 5 de julio de 2013

La vida nos sujeta porque precisamente no es como la esperamos.

Te quiero. Lento. Suave. Frío. Eternamente. No es el momento más adecuado, pero si hay algo que la vida me ha enseñado es que nunca hay momentos adecuados, simplemente no existen. El momento más aparentemente adecuado nunca lo es. Yo opino que las cosas deben surgir, sobretodo si hablamos de sentimientos. Las cosas hay que decirlas cuando se sienten y no cuando creemos que es oportuno. Analizar nunca ha sido bueno. Cuanto más pensamos las cosas, más indecisión sentimos. Estoy cansada de indecisiones. Cuando el corazón ya lo rompió otra sonrisa no existen peros ni consecuencias solo el presente y el recuerdo del ayer.

lunes, 29 de abril de 2013

Hasta las sonrisas más grandes esconden secretos.


Sí, es verdad, algunas veces me gustaría desaparecer. Huir de todo y no volver la vista atrás. Irme, cuanto más lejos esté el destino, mejor.  Desconectar, respirar y vivir. Salir un tiempo para poder comprobar quienes me echarían de menos y quienes ni se percatarían de mi ausencia. Depurarme, desestresarme y volver con más fuerza que nunca. Reflexionar y volver a comenzar. Solo por una vez y las cosas serían diferentes.

Por favor, prométeme que no serás como todos.

¿Se puede romper un corazón ya roto? El mío se rompió hace mucho, quizás demasiado. Fue una situación tan curiosa como dolorosa, algo así como la voz de alguien que defiende la libertad rodeado de un montón de cadáveres. Echar de menos... Suena hasta bonito, clásico de aquellas parejas encandiladas por derrochar el tiempo juntos. Normalmente la vida se encarga de cobrarse los momentos bonitos por sí sola. Dos kilos de desconfianza por cada gramo de felicidad, así funciona. Tú llegaste a mi vida por una de las casualidades más grandes que puedo recordar, ni tú me buscabas ni yo te encontré. Fue extraño. Creo que lo nuestro siempre ha sido extraño, desde nuestro primer beso. Siempre pensé que era una relación condenada al fracaso, casi ni me ilusionaba. Pero con el tiempo empecé a creer que eras diferente, que buscabas algo más que encontrar una sonrisa bonita. Creo que me equivoqué, me duele hasta pensarlo. Ha llegado el punto en el que intento negarme a creer que las cosas puedan ir mal. El problema es que ahora mismo me siento como aquel que defendía la libertad rodeado de un montón de cadáveres. Por favor, prométeme que no serás como todos.


Y a pesar de nuestros intentos, la vida sigue sin nosotros.

Sí, aquí estoy yo, hecha polvo. Sin duda alguna no es algo que venga de ahora sino de  la acumulación de aquellos 'pequeños' baches que la vida se ha encargado de ir poniéndome durante poco más de un año. Las cosas antes eran diferentes. Mi yo de ahora, mi yo de antes. Mi yo de antes se habría perdido en tu sonrisa y se habría dejado llevar. Sin embargo, mi yo de ahora con cada desprecio tuyo se pierde en la sonrisa del de antes. Supongo que será la impotencia, ver como aquello que te ayudó a olvidar te va hundiendo poco a poco del mismo modo en el que ahora recuerdas todas aquellas horas perdidas por la sonrisa del pasado.


domingo, 31 de marzo de 2013

Puede pasar de todo, ¿verdad?


Puede pasar de todo, ¿verdad? Cualquier cosa. Puedes amar tanto a una persona, que tan sólo el miedo a perderla haga que lo jodas todo.... Y acabes perdiéndola. Puedes despertarte al lado de alguien a quien hace unas horas ni siquiera habías imaginado conocer, y mírate ahora... Es como si alguien te regalara uno de esos puzzles con piezas de una cuadro de Magritte, o una foto de unos poneys, o de las cataratas del Niágara... Y, se supone que ha de encajar. Pero no.

Podría contar mi vida uniendo casualidades.





¿Es rara, no ? La nostalgia... Porque tener nostalgia en sí no es malo, eso es que te han pasado cosas buenas y las echas de menos. Yo por ejemplo no tengo nostalgia de nada, porque nunca me ha pasado nada tan bueno como para poder echarlo de menos... Eso si es una putada. ¿Se podrá tener nostalgia de algo que aún no ha pasado? Porque a mi a veces me pasa. Me pasa que me imagino como van a ser las cosas, con los chicos por ejemplo, o con la vida en general... Y luego me da pena cuando me acuerdo de lo bonitas que iban a ser, porque iban a ser preciosas... Y luego cuando lo pienso me da nostalgia, cuando me doy cuenta de que aún no han pasado y que a lo mejor no pasan nunca...

Y me envenenan los besos que voy dando.

Mal de amores. Y no se cura fácilmente. No existen medicinas ni remedios. No se sabe cuándo pasará ni siquiera se sabe cuánto duele. Sólo el tiempo lo cura. Mucho tiempo. Porque cuanto mayor ha sido la grandeza de un amor, tanto más largo resulta el sufrimiento cuando éste se acaba.

domingo, 24 de febrero de 2013

Como antes de habernos olvidado.


Esta mañana he recordado nuestro primer beso, aquel beso tímido que ninguno de los dos sabíamos cómo dar. Ese beso que nos convertía en algo más que simples conocidos. Ese beso nervioso y lento en el que nuestras sonrisas por un momento se juntaron. Creo que ese beso es uno de los mejores recuerdos que me quedan. Bueno, ese y tu sonrisa, esa sonrisa que era capaz de hacer que me perdiera y que el resto del mundo dejara de importar. Cada vez que nos mirábamos y sonreías eras capaz de hacerme increíblemente feliz. Es curioso, que cada vez que pienso en ti sólo recuerdo las sonrisas, los besos, los abrazos y nuestra forma de estar juntos, es como si todo lo malo que vivimos desapareciera. Y creo que es eso lo que más rabia me da. Me da rabia saber que después de todo este tiempo siendo dos desconocidos sigo recordándolo todo como si hubiera sido ayer.

lunes, 18 de febrero de 2013

Dame el tiempo que no te haga falta, prometo invertirlo en caricias en tu espalda.

Buenos días feo, ¿qué tal has dormido? Bueno, supongo que seguirás durmiendo, eres el ser más dormilón que conozco. Esta mañana me he acordado de ti al ver la flor de papel que me regalaste al salir de casa porque decías que hacía juego tus ojos. Me hizo gracia que luego dijeras que las parejas necesitaban ir conjuntadas. Eres increíble. En este tiempo has conseguido hacer que el pasado desaparezca por completo, que todos esos meses de dolor se hayan desvanecido como si nunca hubieran estado ahí. Es increíble la facilidad con la que haces todo. Nos hemos perdonado mucho pero a pesar de todo sigo teniendo tantas ganas de ti como la primera vez.

domingo, 10 de febrero de 2013

Y este invierno es frío, y el agua de mi cuerpo se está haciendo hielo.

Abrázame. No me sueltes nunca. Hace frío. Te necesito. Necesito que me digas que tu vida ha cambiado desde que nos conocimos. Necesito un beso de esos con sabor a 'estoy aquí'. Necesito que tú también me necesites. Necesito levantarme cada mañana y saber que al menos tú estarás ahí. La vida ha continuado sin mi y ahora me siento perdida. Todo ha pasado demasiado rápido. El pasado me persigue, el futuro me aterra y el presente me hace dudar. Quizás hubiera sido mejor que no nos hubiéramos conocido. Quizás las cosas serían diferentes. ¿Luchar o dejarse vencer? Me he cansado de dar pasos en falso, pero esto no sólo depende de mi sino también de ti.

Capaces de hacerte viajar sin mover los pies del suelo.


Los mejores amores son aquellos que surgen de la manera más inesperada. Son aquellos que te vuelven loca en un instante. Los mejores amores están llenos de dudas, miedos y contradicciones pero también de locuras, alegrías y sonrisas. Los mejores amores son aquellos que te sorprenden. Son aquellos capaces de hacerte hacer cosas que jamás pensaste que harías. Los mejores amores vienen acompañados de recuerdos inigualables, de personas increíbles y de rutas extraordinarias. Los mejores amores son aquellos capaces de perdurar en el tiempo. Son aquellos que a través del recuerdo pueden hacerte viajar sin mover los pies del suelo.

Cuídala mucho.

Porque mientras tú no le hablas, otros se mueren porque ella les conteste. Porque mientras tú no quieres salir con ella, otros desean que ella acepte su propuesta. Porque mientras tú no la valoras, otros la hacen sentir la mejor mujer del mundo. Porque mientras tú no la escuchas, otros saben de sus problemas y la entienden. Porque mientras tú no quieres una foto suya, otros se mueren por ella. Porque mientras tú la haces llorar, otros la hacen reír. Porque mientras tú tonteas con otras chicas, otros le dicen que los hay mejores. Porque mientras tú desprecias sus regalos, otros mueren porque ella acepte los suyos. Porque mientras tú le dices 'adiós', otros le dicen 'hola preciosa'. Cuídala mucho, porque mientras tú la pierdes, otros la enamoran. Y sólo entonces te darás cuenta de lo tonto que fuiste, pero será demasiado tarde.

lunes, 28 de enero de 2013

La excusa fue haberme perdido en los brazos de quien me encontró.


Hola, sólo quería desearte buenas noches. Es verdad que hace mucho que no hablamos, y que supongo que ya casi no te acordarás de mi. Soy la chica de las sonrisas a escondidas. Esa a la que no le importaba nada más que pasar una buena noche. Soy esa que te mordía los labios. Esa que siempre estaba llena de energía. Soy esa que no puede parar de recordarte. Esa que intenta dar con un remedio para la nostalgia. Soy esa que lleva meses esperando a escuchar un 'te echo de menos'. Esa que no encuentra calor similar al de tus labios. Soy esa que sonríe por el día y llora por la noche. Esa que ya lo ha superado. Soy esa que no sabe cómo mirarte. Esa que, a pesar de que no quede ya ni media posibilidad, sigue intentando robar una sonrisa de tus labios.