La vida no se gobierna ni con
la voluntad ni con la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras,
y de células lentamente elaboradas en las que el pensamiento se esconde y la
pasión tiene sus sueños. Quizá te imaginas que estás a salvo y crees que eres
fuerte. Pero un cambio casual de color en una habitación o en el color del
cielo matutino, un determinado perfume que te gustó en una ocasión y que te
trae recuerdos sutiles, un verso de un poema olvidado con el que te tropiezas
de nuevo, una cadencia de una composición musical que has dejado de tocar... Te
aseguro que la vida depende de cosas como ésas.
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